Escuché el ruido de la puerta de abajo y me levanté de su cama con lágrimas en los ojos, pensándome que eran las chicas y no quería que me viesen así. Me limpié las lágrimas como pude, pero el rimmel ya se había corrido y tenía la cara hecha un cristo. Cuál fue mi sorpresa al ver quién subía las escaleras, encontrándose conmigo en el pasillo. No, no eran ellas, era Danny. Se acercó a mí y me acarició la cara con delicadeza.
-Hasta así estás preciosa-consiguió sacarme una sonrisa, pero volví a la realidad y me separé-Beth, no he venido a discutir, sé que lo que dije no estuvo bien. Estuve hablando con Sam y caí en la cuenta, si te fueras dentro de 24 horas no querría dejar de pasar ni un minuto lejos de ti. Me haces feliz Beth, y me consta que yo a ti también, ¿por qué no podemos pasar el tiempo que te quede aquí juntos y, cuando llegue el momento de despedirnos pensar en una solución o, al menos, decirnos adiós con la sensación de que no hemos perdido el tiempo, que hemos estado con quien queríamos en ese momento?-me elevó la barbilla para que le mirara a los ojos- ¿qué me dices? ¿Te arriesgas?- le miré sonriendo poco a poco y no necesité asentir, me acerqué poco a poco a él y le besé. Fue un beso dulce, pero que admitía lo que él ya sabía y hacía tan sumamente bien, enamorar, enamorarme.
- Pero,… ¿puedo seguir quedándome aquí? Sigo pensando que no soportaría quedarme allí…con ella y contigo, y no es por Doug ni por nadie, es solo por mí-le miré suplicante de no empezar así una nueva discusión.
Realmente era cierto, no me quedaba en casa de Tom por nadie que no fuese yo, aunque para él y los demás del grupo era “la chica” de Danny, para el resto del mundo sería “la otra”, cosa que no me hacía ninguna gracia y menos tener que lidiar con ello todos los días viendo a la novia oficial levantarse con su sonrisa perfecta.
-Claro que lo entiendo, lo de antes fue un ataque de celos, ya sabes, pero no te preocupes, en vez de disfrutar de mi nueva casa, acabaré pasando más tiempo aquí si es lo que quieres-rodeó mi cintura con sus manos y me acercó a él-pero prométeme que dormirás en esa habitación-dijo señalando la suya-seguro que mi cama es más cómoda que esa en la que duermes ahora-comenzamos a reírnos y me llevó hacia su cuarto, nos sentamos en la cama y cogió su almohada-o sea, que tú ya habías estado aquí antes ¿eh?-asentí con una sonrisa y miró la almohada-vale, otra promesa, cuando te acuestes, será desmaquillada, sigues estando guapa acabada de levantar-me acarició la mejilla y volvió a besarme.
Fuimos abajo a ver una película y, sin soltarnos de la mano, me quedé dormida en su regazo. Me despertaron unas risas provenientes de la calle, que entraron en casa gritando y riendo. Se giraron y nos vieron en el sofá y no pudieron evitar un suspiro de tranquilidad.
-Eso sí, si llegamos a estar matándonos, esas risas no vendrían muy bien eh-dije con una sonrisa-y cambiad la cara por favor-Se les notaba aliviados y, por las caras de las chicas me pedían explicaciones, miré a Danny, le di un beso en los labios y le dije que volvería pronto. Tan pronto como me levanté subimos las tres a su cuarto, ya que no sería más mío y me preguntaron lo que había pasado.
-Bueno, ¿lo de allí ya lo sabéis no?-Sam, por lo menos tenía que saberlo, era la que le había aconsejado a Danny que viniese, así que al Alex decirme que tenía alguna idea se lo resumí rápido-bueno, digamos que quería que me fuese a vivir con él y con Georgia el tiempo que me quedara aquí, yo me negué porque no me daba la gana y él me dijo que igual lo que quería era quedarme aquí para ver a Doug-miré a Alex y me apresuré a seguir-cosa que no es cierta y luego le dije que mejor era no ilusionarse, que me iría al final y que era mejor no sufrir…-ambas me miraron sabiendo que sus historias, salvando las distancias, se parecían en algo a la mía, las tres nos tendríamos que ir tarde o temprano.
-Entonces, ¿qué es lo que ha hecho que ahora estéis como estáis?-preguntó Alex.
-Pues decidir que lo que queríamos era vivir el momento. Disfrutar de la compañía del otro y no pensar en el futuro, simplemente el presente. Sabemos que tarde o temprano todo acabará pero ¿para qué pensar en ello ahora?, mejor cuando llegue se hablará todo-sus miradas se tranquilizaron, parecía como si les hubiese solucionado parte de su problema-bueno, y vosotras ¿qué? ¿Cómo ha ido la visita guiada y, sobre todo, cómo es ella?-
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