“Ring…Ring”, el teléfono de mi mesa sonando. Ya era la hora de irse para casa, era jueves, habíamos acabado ya el programa y tenía ganas de tocar por fin mi mullido sillón, pero el identificador de llamada me obligaba a cogerlo por el bien de mi carrera.
-Beth-contesté con toda la entereza que pude. Una voz al otro lado del teléfono contestó.
-Haz las maletas, este fin de semana no te quedas en Madrid, tienes que ir a hacer una entrevista a Londres-. Se me abrieron los ojos, nunca había estado allí y, teniendo en cuenta que me iba el viernes, tendría al menos un día para visitar la ciudad ya que no me iba a suponer más de un día hacer una entrevista.
- ¿a quién? ¿Alguna premiere? ¿Nada relacionado con el deporte, verdad?-me gustaba mi trabajo, pero me gustaba más el deporte que, por ejemplo, una fiesta de la revista que fuera, lamentablemente, no habían demasiadas ocasiones en las que el deporte se cruzara en mi vida.
- No, deporte no, música. Mcfly, un grupo de música que va a iniciar su gira europea en España, pero cuando estén aquí no concederán demasiadas entrevistas, así además tendremos las primeras noticias, he escuchado que van a hacer un recopilatorio para antes de la gira- Mcfly,…me sonaba el nombre por algo…no caía, hasta que recordé porqué era, Sam, una de mis amigas y compañera en el programa, literalmente, los amaba, ¿por qué no iba ella en mi lugar?-Beth, ¿sigues ahí?-la voz al otro lado del teléfono me sacó de mis pensamientos.
-Sí, sí, claro, ¿Sam no está disponible?-pregunté, tentando a la suerte, esperando que fuera ella que, al menos, tendría una idea clara de lo que hacer.
-Yo soy quien dice quién va y quien no, vas tú, así que coge la maleta que el avión sale a las 9 y te queda poco tiempo-después de esa contestación escuché cómo colgó y ya no pude volver a replicar.
Llegué a casa, metí lo que supuse que necesitaría en la maleta, consulté el tiempo allí para ese fin de semana y me llevé el abrigo y unas botas puestas, para que no ocuparan de más en la maleta.
[Ya en Londres]
El viaje se me hizo más entretenido de lo que pensaba, escuchando la discografía de los McFly y leyendo lo poco que había conseguido para informarme sobre ellos. “Danny, Tom, Dougie y Harry, Danny, Tom, Dougie y Harry” me repetía mentalmente para no olvidarme de sus nombres. Miraba sus caras y repetía sus nombres. Parecían bastante famosos, pero yo, sino fuera por Sam, no les hubiera escuchado, casi como con El Canto del loco, esos gracias a Alex, aunque claro, trabajando donde trabajaba…
El tiempo no acompañaba demasiado, pero empezamos el reportaje en cuanto nos instalamos: al principio una introducción de lo que iba a hacer, entrevistar a algunas niñas de 14 años que, al escuchar el nombre del grupo enloquecían, y acabando con un pequeño tour por Londres. Mañana grabaríamos la entrevista y lo demás.
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