miércoles, 19 de enero de 2011

Capítulo 2

Ese día al levantarme pensé que iba a ser un día cualquiera, como todos los demás. Me desperté con la luz del sol alumbrándome la cara, se escuchaba el piar de los pájaros y como todas las mañanas desde hacía ya años sonaba Mcfly en la mini cadena.

Hice lo mismo que todas las mañanas, me levanté y me miré al espejo, tan guapa como siempre, pensé.  Me fui a la ducha, me vestí, desayune y antes de salir de casa subí el volumen de la mini cadena justo en el momento en que Tom Fletcher, uno de mis amores imposibles, cantaba al ritmo de Star Girl “Galaxy defenders stay forever”, esa parte siempre me motiva lo bastante como para ir al trabajo, así que eso hice.  

Llegué a la redacción en busca de Beth, pero no la encontré y Alex ese día entraba mas tarde. Me encamine hacia mi mesa donde alguien había dejado un sobre.  Reconocí la letra de Beth al momento, dentro del sobre había una nota que ponía “Lo siento, Sam. Te traeré un regalito.” ¿Lo siente? ¿Un regalo? De que estaba hablando... no me dio tiempo a darle más vueltas al asunto, mi jefe se acercaba hacia a mi. 

- Buenos días, Sam. Hoy estas reluciente. 
- Buenos días - "¿reluciente? Ya viene a darme alguna mala noticia", pensé.
- ¿Has hablado con Beth?
Aun no, la he estado buscando pero no la encuentro.
Deja de buscarla, está en Londres.
- ¿Londres? ¿LONDRES?  ¿Qué hace allí?
- Entrevistando a Mcfly.
- Mcfly… ella... por que....
- La decisión la he tomado yo, todos podemos imaginarnos como hubiera sido si te llego a mandar a ti.
- Hubiera sido muy profesional.
- Hubieras sido de todo menos profesional.

Dicho esto dio la vuelta y se fue dejándome sola con mi pena y esperando a que apareciera Alex. 

Me senté en mi silla, se me pasó por la cabeza llamar a Beth pero mejor no, sabía perfectamente que le iba a gritar o a saber cuantas cosas le decía. Ella no tenía la culpa, lo sé pero solo de pensar que los va a ver, a entrevistar, a tocarlos… a tantas cosas con las que yo sueño me entran unas ganas de matarla…. Justo en ese momento Alex entraba por la puerta, menos mal por que mi imaginación ya estaba dando de sí.

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